Este proyecto se desarrolla en conjunto con la artista colombiana Luisa Roa, mezclando investigaciones y técnicas aplicadas a una nueva idea sobre el concepto de la ópera. El proyecto está formado a partir de piezas en dibujo, pintura, escultura, instalaciones lumínicas y dispositivos de baja tecnología, sonidos, ilusiones ópticas y dioramas, que de manera individual y en conjunto, apuntaban a la idea del bosque en los cuentos de hadas, bosques oscuros que esconden cuentos lúgubres, escenas misteriosas y sugerentes sonidos.
Es así como aparece un bosque azul hecho con retropoyectores, un video del rinoceronte de Durero hecho con sombras e insertado en el bosque, un oso panda que deambula por la habitación, un diorama del cuento de Hansel y
Gretel y de Vailisa el hermoso, construidos mediante luz, sonido y movimiento, decenas de arbustos en celofán animados por un ventilador y proyectados en las paredes, una escena dibujada de San jorge y el dragón acompañada por sonidos de multitudes y un gato vigilando sobre una torre de parlantes que da sonido a toda la instalación.